domingo, 6 de mayo de 2012

Doncella Nazarena

Comenzamos el mes de mayo, el mes de la Madre, el mes de todas las madres, el mes de aquella Doncella Nazarena que dió un SÍ a Dios. Comienza el mes del sol, el mes de los campos floridos, el mes en el que una Madre sonríe, ya no llora...ya no llora bajo la Cruz. Él está vivo, y Ella, su Madre y la nuestra, se alegra de gozo en el Señor. Ayer, desde el altar del Jubileo de la Santa, Metropolitana y Patriarcal Iglesia Catedral de Sevilla, de los labios de D.Lutgardo García Díaz, daban comienzo las Glorias de María Santísima. Comenzamos este mes de María Santísima y de todas las madres, con un fragmento de este Pregón de las Glorias, que a modo de oración jubilosa, le ofrecemos a la Madre de Dios.

"Antes que la luz naciera
ya estaba la luz prevista,
ya estaban tus cinco letras
en algún espacio escritas
como un secreto esperando
poder desvelarse un día.
Aún no estaba puesto el sol
-redonda huella amarilla-
ni estaba pintado el mar
con su pincelada antigua
de azules muy bien peinados
relamiendo las orillas,
no estaba hecho el color,
y la noche no tenía
su polvareda de estrellas
temblando en la lejanía,
aún no existía el rubor
de la tarde en la colina,
ni el temblor de los arroyos,
ni el misterio de las lilas,
ni la palma de los besos,
ni el coágulo de la herida...
Mas ya te habían pensado,
y ya eras presentida
como una llave de oro
que abriera las infinitas
llanuras de eternidades
para que todo reviva.
Pensó Dios que le faltaba
a su obra la alegría,
la dulzura de la madre
el consuelo de la amiga,
el calor de los hogares,
el temblor de las caricias,
la tibieza de los besos
sobre la frente tranquila,
y la boca que sonríe
y el corazón que palpita
y la puerta que -crujiendo-
entrega la luz del día.

Pensó Dios que aquella obra
-tan bella como finita-
necesitaba soñar
con una gloria distinta,
madurar una esperanza
que el otoño no desvista.
Por eso, muy al principio
cuando la luz no existía,
ni los peces alegraban
a las llanuras marinas,
ni los pájaros volaban,
ni despertara la brisa,
ni el monte soñara soles,
ni madurara la oliva,
antes que todo se hiciera
ya estaba tu gracia escrita
ya estaba tu nombre impreso
-sinónimo de la dicha-
sobre los labios del tiempo
para explicar la alegría,
para decir que la muerte
no será definitiva,
que hay una puerta, un camino
que a la eternidad nos guía.

Antes que todo se hiciera,
antes de los siete días
de la génesis de todo,
una muchacha ya había
sido imaginada a tiempo
para concebir la vida,
para darle a auella obra
un Salvador, un Mesías,
una llamada al amor
y un sol en la Eucaristía...

Antes que todo naciera
el Padre ya lo sabía:
que la Gloria iba a nombrarse
con cinco letras: MARÍA.

D.Lutgardo García Díaz. Pregón de las Glorias de María Santísima de Sevilla de 2012. Fragmento del Pregón dedicado a la figura de la Virgen como Madre de Dios.
 
 
 
Divina Pastora del Convento de San Antonio de Padua, de Sevilla. Procesiona por las calles de Sevilla al final de este mes.

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